jueves, 8 de septiembre de 2016

Música digital...

Lunes 12 de septiembre

Era un día normal en la fría Bogotá, no hacia ni frio ni calor, pero igual llevaba mi sombrilla en la maleta por que como raro nunca se sabía que podía pasar con el clima. Tenía clase temprano en la universidad y seguía pensando en lo que podía pensar la gente sobre los acetatos y la música digital.
Por eso decidí preguntarles a varias personas que pensaban sobre el auge de los acetatos o vinilos como lo llaman unos.

Primero me encontré con Julio Ortiz, estudiante de comunicación, de baja estatura, se sorprendió un poco con mi pregunta, se reía y pensaba sobre los acetatos y recordaba un poco a su familia, pero amante de la música digital.

Luego me encontré con Natalia, otra estudiante de comunicación y también se sorprendió con la pregunta y como buen costeña, cartagenera no sabía que decir y hasta me toco explicarle lo que era un acetato.

Julio Tovar fue el siguiente y tan pronto le hice la pregunta, no dudo un segundo en decir que obviamente la música digital era lo suyo, con su actitud arrolladora y muy seguro de lo que decía, así es su forma de expresarse y de defender sus ideales.
Le seguí preguntándole a las personas, pero no veían un tema de mucho interés y hasta me respondían antes de prender la cámara que los acetatos ¿para qué?
Termine cansada de las clases y me subí al SITP 265 pensando en que más podía hacer para el trabajo y pensando el otro trabajos que tenía que presentar en el trascurso de la semana. Pero me acorde que mi familia es muy colaboradora y me ayudaron con el resto de las entrevistas.

Mi hermano un joven de 20 años, intelectual y estudiante de doble programa de los Andes, me respondió claramente que la música digital era lo mejor que podía tener en este momento, pero que los acetatos fueron grandes en su momento.
Al momento mi padre llego de trabajar y le pedí que me ayudara y con su porte fresco y de intelectual me respondió seguro.

Mi padre se separó hace mucho de mi mamá y desde hace unos años vive con su nueva esposa, Yeimi Gómez, una mujer muy elegante y segura de sus cosas me ayudo con una gran historia, recordando su familia y sobre todo a su abuelo.


En conclusión puedo decir que hoy en día jóvenes y adultos prefieren la música digital y que los acetatos son un gran recuerdo de una buena época. 

¿Acetato o Música digital? (video)


El amor por el vinilo

Jueves 8 de septiembre

Seguía pensando en mi blog sobre los acetatos y me faltaba la entrevista más importante, la de José Urías Peña, un amante de la música clásica, sobre todo la del vinilo, y digo vinilo porque me regaño más de una vez cuando decía acetato.    

Al entrar a su tienda, estaba al lado de su esposa, una señora de un temperamento fuerte, pues parece que todo el tema de los vinilos es un tema vetado en la casa porque no se siento muy cómoda al saber de qué iba a tratar la entrevista. Él solo me miraba diciéndome en voz baja, -ya te ayudo-, fui a la tienda con mis dos mejores amigos y mientras yo hacia mi trabajo ellos estaban felices viendo toda la música y películas que habían en la tienda.

Cuando me pudo atender, lo primero que dijo es que no quería que lo filmara pues no se sentía muy bien y solo podía darme un audio, pues respetando su decisión empezamos con la entrevista y me contó sobre la historia del acetato, la curiosidad que existía en los jóvenes y me mostro la colección que tenía en su tienda y que era feliz con todo eso.


Tienda de Don José - Foto: María Molina


Al principio Don José se veía un poco incómodo con la entrevista, pero luego empezó hablar de todo lo que sabía, pues es su tema favorito y al que se dedica en su vida.   
José Urías Peña comparte el local con su hijo y esposa. El uno vende merchandising de animé japonés y ella comercia con artículos de papelería. José ofrece música de Elvis Presley, The Beatles, Duane Eddy, Duddy Holly, Chuby Checker y demás pioneros del rock and roll anglo. Los Speakers, Los Yetis y Los Flippers constituyen lo más clásico en español.


Hace 40 años le compró el disco Meet a un amigo del barrio Córdoba (arriba del 20 de Julio). Desde entonces, su vida se inundó de música. A principios de los 80 se hizo cazador de piezas que guardaba en su cuarto. Al casarse con Hermilda Muñoz llenó la biblioteca, la sala y los pasillos de su casa en Teusaquillo con los apreciados discos que atrapaba en las ferias de la calle 19 con carrera 10ª.  

Al finalizar la entrevista, tome algunas fotos y me fui, feliz con mi entrevista. 

José Urías Peña (video)


Estos son los sitios para comprar vinilos

El disco de acetato ya no es un formato anticuado para oír música. Desde hace varios años la industria de la aguja y el vinilo volvió a instalarse en el mercado, y no sólo para coleccionistas. Esta guía ‘under’ para conseguir rarezas y comprar acetatos baratos en Bogotá se construyó pensando en su bolsillo, así que párele bolas.

Por: Andrés J. López

1. Tornamesa: Ubicado en el Centro Comercial Avenida Chile este sitio, dedicado a comics y libros importados, también tiene una variada selección de géneros como rock, salsa, jazz y blues para los aficionados de este formato. Todos sus acetatos son nuevos y oscilan entre 80 mil y 100 mil pesos.

2. Mort-discos: Esta tienda fue un sitio de encuentro para los metaleros y punkeros de finales de los 80 y comienzos de los 90. Lo bueno es que aquí no existen barreras musicales y puede conseguir desde los Carrangueros de Ráquira hasta Darkthrone. José ‘Mort-discos’ tiene pastas que pueden ir desde 2 mil hasta un millón de pesos. Este local está en la Cra. 7 #22 – 31.

3. Discos Muertos: Su fuerte son las bandas underground de punk, hardcore y black metal. Esta discotienda, fundada en diciembre del 2013, vende vinilos a precios que van desde los 45 hasta los 60 mil pesos. Los discos los pueden comprar por internet o en la tienda Rat Trap, ubicada en la Cra. 17 #33A - 31.

Foto tomada de Cartel Urbano


4. Elver Beltrán: 16 años en el negocio han hecho de don Elver un referente para todos los que quieran adquirir trabajos nuevos y usados de cualquier género entre 3 mil y 50 mil pesos. Este vendedor callejero se ubica en la Calle 19, entre carreras séptima y octava.

5. La Valija de Fuego: Atendida por Marco Sosa, esta librería y tienda de discos maneja varios géneros de rock y se especializa en primeras ediciones de trabajos musicales que tienen precios desde 15 mil hasta 180 mil pesos. Esta discotienda está en la Cra. 7 #46 – 68.

6. Acetatos.Compac: La salsa es uno de los géneros con más mercado en el mundo de los vinilos. Por eso esta tienda se especializa en salsa, latin jazz y mambo. Fundada por Hernando Gómez hace 30 años, en este paraíso salsero se pueden encontrar títulos desde 2 mil hasta 500 mil de pesos. Se encuentra en la Calle 18 # 8 -61.

7. Musiteca: Esta tienda, hoy ubicada en el Centro Comercial OMNI (Cra. 8 con calle 19, segundo piso), comenzó su historia hace 30 años en las casetas de la avenida 19. Fundada por el difunto Saúl Álvarez, su hermano Sergio continúa con un legado que ya es casi una tradición musical del centro de Bogotá. Si no encuentra lo que necesita, aquí lo puede encargar. Los precios van desde 50 mil hasta 150 mil pesos.


8. Musiteca Salsa: La ‘hermanita rumbera’ de la Musiteca está en el local del lado. César Álvarez tiene a la venta discos, nuevos y usados, de salsa, latin jazz y son cubano. Aquí encontrará lo que quiera para tener el ‘scratch’ que le hace falta a su rumba: Fania, Richie Ray y Bobby Cruz, Los Matanceros, Ismael Rivera, Los hermanos Lebrón y mucha salsa más que se consigue en precios que oscilan entre 10 mil y 80 mil pesos.

9. RPM Records: La primípara en este listado tiene apenas ocho meses de abierta. Ubicada en la Cra. 14 # 83 - 04, este lugar ofrece vinilos de rock alternativo, nuevos y usados, que van desde 5 hasta 260 mil pesos.

10. El Templo de la Música: Para los rockeros y metaleros este lugar es un verdadero templo. Todos los géneros del rock y el metal se pueden encontrar en esta tienda con 18 años de trayectoria. Freddy Hernández Sarmiento, su propietario, ha vendido discos para Colombia y todo el mundo desde 30 mil pesos hasta más de cuatro millones de pesos. Esta discotienda también se encuentra en OMNI.

Recuperado de: http://cartelurbano.com/musica/estos-son-los-sitios-para-comprar-vinilos

Antonio Liévano - Toño (video)



Los acetatos tradicionales de la familia

Sábado 3 de septiembre del 2016

Era un día soleado y caluroso, me encontraba en la empresa Libar Bicicletas, empresa de mi familia. Ahí trabajo en el área de comunicación con mi tío Antonio Liévano, un hombre de 50 años, canoso desde joven y característica principal que lo describe, es padre de tres hijos, y amante del vallenato desde que tiene memoria.

Toño como es conocido en la familia, amigos y negocios, tiene tres hermanas, Cristina, Claudia y Fanny, la última es mi mamá. Todos son socios de la empresa aunque el gerente es mi abuelo Antonio, amante de las rancheras y claramente de Vicente Fernández. Toño mientras escuchaba Diomedes Díaz recordaba cuando su papá ponía los acetatos en el tornamesa de la casa, mientras mi abuela cocinaba o estaba cociendo en su mecedora.

Mientras yo trabajaba en mi computador en el escritorio de mi madre, me contaba de la gran colección que tenían en la casa, por un lado las populares rancheras de mi abuelo y por el otro lado los vallenatos de mi tío.
Cuenta que mi madre aún guarda el tornamesa de la casa, ya no sirve pero es una reliquia de la casa, y algunos de los acetatos.

Cantando algunos vallenatos y hablando discutíamos la reinvención de los acetatos hoy en día, y por mi parte le discutía que los acetatos son una tecnología muy bonita y me parecía que era algo más de colección, pero no para  un uso diario y común en una sociedad tan avanzada en la tecnología de la música. Por mi parte prefiero unos audífonos, sin embargo le contaba que una tarde romántica o noche de chicas sería interesante usar los acetatos.

Con carcajadas me contaba que no solo eran para esos planes, también existían los acetatos con las tablas de multiplicar para estudiar y aprendérselas, y con una cara de satisfacción me dijo que fue lo mejor que le pudo pasar  en su niñez.


Para terminar me dio una entrevista en cámara dándome su punto de vista crítico con los acetatos y su uso hoy en día, luego nos fuimos almorzar un sancocho con mi abuelo y no podía faltar el vallenatico en el carro, de camino a casa.